Mientras leía, escuchaba el título en mi cabeza después de cada párrafo, porque la verdad es que realmente quiero ser arquitecto, no solo alguien con estudios de arquitectura, así que supongo que alcanzó su propósito. Si lo hubiera leído esto antes, cuando todavía estaba en la escuela secundaria, me habría salvado de muchas dudas, porque al prepararse para un programa de estudios que dura 6 años y una carrera que dura toda la vida, todos se asustan y comienzan a pensar si es la opción correcta o no. Había gente en mi clase que abandonó la idea porque era demasiado exigente, o no era lo que querían, pero tuve la suerte de elegir hacer esto cuando tenía 14 años, y seguir con ello, porque con cada proyecto que veía, cada modelo que tenía que hacer, cada planta que tenía que analisar,me daba cuenta de que me gustaba aún más. Supongo que esta es la ventaja de experimentar un poco tu futura ocupación antes de involucrarte en ella, y eso es exactamente lo que significa estudiar en un Instituto especializado en Arquitectura.
La forma en que el autor lo describe hace que parezca la carrera más increíble del mundo: construir lo que la gente sueña, transformar meros pensamientos, ideas en realidad, tener algo que has diseñado materializado frente a ti. También anuncia la cantidad de trabajo y paciencia necesarios para poder ver los resultados y la satisfacción que conlleva. Además, parece que la arquitectura extiende su aplicabilidad a diversos campos, debido a su amplio alcance de conocimiento y carácter interdisciplinario. Esta versatilidad abre numerosas oportunidades profesionales, lo que permite explorar una amplia gama de caminos más allá de la arquitectura tradicional. Al final, un arquitecto es una mezcla de todo, y por eso, llegar allí requiere mucho esfuerzo, tiempo y dedicación.