Louis Kahn nació en Estonia en 1901 y emigró a los Estados Unidos a la edad de cinco años. Creció, al menos desde el punto de vista material, en la pobreza, por lo que su talento artístico afloró a temprana edad, cuando comenzó a ganar dinero con sus dibujos. Estudió en la Universidad de Pensilvania, y finalmente llegó a ser profesor, así como en Yale y Princeton, labrándose un camino distinto en la arquitectura al resistir el movimiento modernista imperante.
La geometría
El modernismo favoreció el minimalismo y la funcionalidad estricta, y aunque Kahn inicialmente buscó adaptarse, finalmente encontró su propia voz, arraigada en un profundo respeto por el orden y la geometría. En su obra, la forma emerge de este orden inherente, guiada por la precisión de la geometría. Sus planos arquitectónicos suelen estar llenos de polígonos y poliedros que definen los espacios, pero la rigidez de la geometría en su obra se suaviza con una cuidadosa manipulación de la luz y un delicado uso de los materiales, según Moneo “El acero en sus manos se transforma. Y la piedra. Y el vidrio. Y el ladrillo.” El resultado es una arquitectura que, aunque geométrica en su esencia, no se siente austera, sino acogedora, como afirma el maestro mencionado anterior “Que la tiranía de la geometría no se manifieste en su obra es su mayor logro como arquitecto”.
La casa, la habitación y el cuadrado
Para Kahn, la casa era la raíz de toda la arquitectura: su comienzo y en el centro de su filosofía arquitectónica era el cuadrado, el elemento fundamental de sus diseños. Por lo tanto, la base de cada habitación era un cuadrado estructuralmente independiente, lo que permitía tanto la claridad funcional como la libertad creativa en la forma en que se podían utilizar los espacios, sin limitarse a propósitos predefinidos. A Kahn le gustaba el concepto de espacios «servidos» y «sirvientes», una distinción que utilizaba para organizar la casa: las salas de estar, los comedores y los dormitorios eran los «servidos», mientras que los espacios como los baños, las áreas de almacenamiento y los cuartos de servicio eran «sirvientes».
La luz
Kahn pensaba que «La arquitectura surge de la creación de una habitación», entendiendo el acto de definir el espacio como la imposición de límites que da forma a la experiencia humana. La arquitectura, sin embargo, no estaba completa sin aberturas al mundo exterior. Las ventanas eran esenciales, no solo por la conexión, sino también porque determinaban la forma en que un espacio estaba iluminado. La fascinación de Kahn por las ventanas iba más allá de la función: eran un elemento emocional y espacial que podía definir completamente una habitación. Decía que «la estructura da luz, hace el espacio», lo que significa que el acto mismo de construir, de crear paredes y aberturas, determinó la forma en que la luz interactuaba con el interior. Por lo tanto, al diseñar las casas, Kahn pensó primero en este elemento y en como construir una estructura para aprovcharlo, no en vigas o columnas.
Para Kahn, la arquitectura estaba incompleta si no facilitaba la conexión humana, tanto dentro como fuera de sus paredes, por lo que diseñó espacios pequeños e íntimos dentro de habitaciones más grandes, como ventanales, creando una «habitación dentro de una habitación». Este enfoque se ve en su Fisher House, donde el ventanal y la chimenea semicircular forman los límites de un espacio separado, que fomenta la conversación privada.
Proceso y evolución
Casi nunca modificaba los planos, cada vez que el proyecto necesitaba alguna alteración significativa, comenzaba a diseñar desde cero, siendo esta probablemente la razón por la que tardó años en completar sus obras y por la que hubo tantos intentos diferentes de planos sobre los mismos edificios. El arquitecto creía que cada casa debía adaptarse a múltiples clientes, por lo tanto, no diseñó para una persona específica, aunque tendría en cuenta los deseos del cliente, se aseguraría de que el espacio fuera adaptable a cualquier persona.
Su proceso de diseño fue de constante refinamiento y adaptación, ya que implicó elegir formas conocidas y luego modificarlas de acuerdo con las necesidades del proyecto. Haría ajustes y agregaría detalles, y si era la forma correcta, mantendría la coherencia a través de estas iteraciones. Si los cambios distorsionaban demasiado el diseño, lo descartaría y volvería a empezar, siempre buscando un equilibrio entre la función y la forma.
La inspiración romana
Uno de sus proyectos más emblemáticos, la Primera Iglesia Unitaria en Rochester, ejemplifica este proceso. El diseño agrupa espacios clave (aulas, biblioteca y cocina) en torno a una sala de conferencias central, que recuerda al círculo clásico dentro de un cuadrado, una forma que se remonta a Vitruvio y que fue revivida durante el Renacimiento. Este diseño marcó el comienzo de la profunda exploración de Kahn de la arquitectura romana, inspirándose en estructuras monumentales como la Casa de Augusto en el Monte Palatino, el Mercado de Trajano y la Villa de Adriano. Su alejamiento del estilo internacional modernista se hizo evidente cuando abrazó un nuevo mantra: «Roma por encima de todo».
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Esta influencia romana impregna las obras posteriores de Kahn, incluyendo el Instituto Salk, el Instituto Indio de Administración y el Edificio de la Asamblea Nacional en Dhaka. Cada uno de estos edificios evoca la grandeza de las ruinas romanas, reinterpretadas para las necesidades contemporáneas. Son monumentales, pero sobrios, y poseen una cualidad atemporal. Las de India y Pakistán adoptan especialmente el carácter de cáscaras vacías, atravesadas por vastos juegos de círculos y triángulos de una escala extrañamente remota, casi cósmica, que no corresponde completamente a la de la humanidad.
A pesar del intento de Kahn de escapar el modernismo y sus materiales, su último proyecto terminado, el Centro de Arte Británico de Yale, se erige como una notable excepción ya que, en este edificio, Kahn volvió al uso del vidrio, un material tan a menudo asociado con el Estilo Internacional. Sin embargo, en el British Art Center, Kahn se acercó al vidrio con una elocuencia recién descubierta. En lugar de usarlo como un mero símbolo modernista, consideró cuidadosamente su ubicación, usándolo como una herramienta para crear espacios llenos de luz que se sienten abiertos e íntimos. Este proyecto muestra la capacidad de Kahn para evolucionar, tomando un material al que una vez se resistió y transformándolo en algo profundamente expresivo, todo mientras mantiene el carácter monumental que define sus obras posteriores.
En la arquitectura de Kahn hay una profunda interacción entre tradición y modernidad. Su uso de la geometría, la luz y el material eleva sus edificios más allá de la función, transformándolos en espacios de grandeza y contemplación atemporales. Ya sea inspirándose en la antigua Roma o encontrando nuevas formas de utilizar materiales modernos como el vidrio, el trabajo de Kahn habla del poder perdurable de la arquitectura para dar forma a la experiencia humana.
«What is marvelous about a room is that the light through the window of that room belongs to the room. And the sun somehow doesn’t realize how wonderful it is until after a room is made. So somehow, man’s creation , the making of a room is nothing short of a miracle…to think that man can claim a slice of the sun»
Louis I. Kahn
Hace que uno piense y se sienta humilde, que tengamos la oportunidad de encapsular de alguna manera la belleza de la Naturaleza, de tomar algo de tal magnitud y hacerlo parte de nuestro mundo, y no al revés. Kahn también sugiere de manera poética la importancia de la luz y la sombra en la construcción, ya que sin contraste y sin una proporción adecuada entre el lleno y vacío, la construcción carecería de expresividad y perdería su valor. También sirve como un recordatorio de la forma cuidadosa en que debemos hacer uso de los instrumentos naturales para obtener el efecto que queremos.
Bibliografía
- SAITO, Y. (2003). Louis I. Kahn Houses. Tokyo: Toto Shuppan
- GIURGOLA, R. (1989) Louis I. Kahn. Barcelona: Gustavo Gili
- MARCUS, G.H, WHITAKER, W. (2013) The houses of Louis Kahn. New Haven. London: Yale University Press
- AV Monografías (1993), Nº 44. Madrid: Arquitectura Viva SL.
- My Architect, A Son’s Journey (Mi arquitecto, el viaje de un hijo-. Dir- Nathaniel Kahn). Nathaniel Kahn, 2003